Letra 15. Revista digital
Revista digital de la Asociación de Profesores de Español «Francisco de Quevedo» de Madrid - ISSN 2341-1643

Sección ENCUENTROS

Entrevista al escritor Manel Loureiro


«La literatura es uno de los últimos rincones del mundo
donde aún se esconde la magia»

Manel Loureiro

Entrevista

Silvia Agosto Riera

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1. Diálogos literarios

El escritor Manel Loureiro, autor de la saga Apocalipsis Z, participó en la última edición de los Diálogos literarios, una propuesta que organiza la Asociación «Francisco de Quevedo» desde hace cinco años en colaboración con la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid.

Con su estilo juvenil y desenfadado, el autor contó cómo inició sus primeros pasos en la literatura, ya que es abogado, profesión en la que trabajó siete años en su Pontevedra natal. Según sus palabras, la historia del joven letrado gallego que debe enfrentar el Apocalipsis zombie surgió como una práctica solitaria, en un blog, para realizar una escritura libre, fuera de los cánones estrictos de la prosa legal. A medida que el relato crecía, también crecían los seguidores, a tal punto que en poco tiempo llegó a tener más de un millón de visitas de todo el mundo.

Un día una radio de México para hacerme un reportaje. Al día siguiente, un periódico de Chile. Cuando me contactaron de una editorial para preguntarme si quería ver mi obra en papel me di cuenta de la dimensión del blog,

comentó el autor. Una vez publicada la primera novela, se sucedieron las otras dos y su éxito fue enorme, a tal punto que alcanzó un récord de ventas en el mercado de Estados Unidos, por lo que se lo conoce como el Stephen King español.

Manel Loureiro

 

 

2. Entrevista

Loureiro respondió a las numerosas preguntas que le realizaba el público, firmó ejemplares de sus libros y se sacó fotos con todos los lectores que se lo solicitaron. Al finalizar el diálogo literario, respondió a una serie de preguntas para los lectores de Letra 15 en las que opina sobre los géneros, la relación entre «súper ventas y calidad literaria» y sobre la enseñanza de la literatura en las aulas.

 

1. La carrera de Derecho tiene una gran relación con la literatura, ya que a lo largo de la historia numerosos escritores han sido abogados. ¿Su formación en leyes ha influido en su actividad literaria?

¡Claro que sí! No influye tanto en el contenido de lo que escribo como en la manera en la que escribo. Me explico: después de pasarme años redactando recursos, querellas, demandas, etc…, una de las cosas más importantes que aprendí fue cómo estructurar bien un texto para que fuese claro y comprensible, de forma que un juez pudiese entender de forma rápida mis puntos de vista sin perderse en el camino. Con la literatura pasa lo mismo, es imprescindible que una novela tenga un desarrollo ordenado y claro para que el lector pueda seguir el guión de la historia y se quede atrapado en él. Ahí mi formación de años de leguleyo ha sido fundamental…, creo.

 

2. Lo han calificado como el Stephen King español, ¿hay en su obra cierta influencia de los grandes clásicos del terror norteamericano?

La de King es una comparación que me honra, pero que todavía me queda un poco grande, pero sí que es cierto que tanto él como Koontz, Baker, etc... han sido influencias fundamentales en mi manera de escribir. Su forma de crear atmósferas que atrapan al lector es soberbia.

Manel Loureiro

 

3. ¿Qué escritores han sido claves en su formación?

Muchos, demasiados. Españoles, Javier Sierra o Gómez-Jurado. Anglosajones, King, Colleen McCullough… Pero sobre todo y ante todo, por tópico que pueda sonar, un escritor que para mí supuso un antes y un después: Jules Verne. Cuando me tropecé con él, con once o doce años, fue una auténtica conmoción.

 

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4. Existe un prejuicio intelectual hacia los best sellers. ¿El éxito comercial es incompatible con la calidad literaria?

Para nada. Una vez, un periódico se refirió a mis libros como literatura de aeropuerto, supongo que de manera despectiva, pero no me sentí ofendido. Me siento terriblemente contento de escribir literatura de venta masiva, porque un libro solo está vivo cuando un lector lo hace suyo y lo devora de principio a fin. No hay una relación entre una cosa y otra, pero no veo el problema en escribir cosas que le entusiasmen a cientos de miles de personas.

 

Manel Loureiro

 

5. Su literatura conecta con los adolescentes y jóvenes, tanto en España como en otros países, ¿a qué atribuye la conquista de este público?

No tengo ni idea, pero supongo que tocar temas que conectan con sus gustos y escribir de una manera muy audiovisual debe tener algo que ver. En todo caso, esa es una pregunta cuya respuesta solo saben los propios lectores y cada uno tendrá una respuesta distinta.

 

6. La formación de lectores es uno de los grandes objetivos de los profesores de Lengua y Literatura, ¿qué libros incluiría en un programa de promoción de la lectura en el aula?

Lo que voy a decir puede sonar a herejía para muchos, pero sinceramente, eliminaría todos los clásicos (Celestina, Lazarillo, etc…) y los sustituiría por novelas actuales que entusiasmasen a los chavales, ya fuese Crepúsculo o libros de Federico Moccia o de Laura Gallego o lo que sea que esté de moda en ese momento. De lo que se trata en ese momento es de hacer lectores, de crearles el callo literario. El resto vendrá después.

 

7. ¿La literatura juvenil puede convivir en gustos e intereses con los clásicos?

¡Claro que sí! De hecho, muchos de los grandes éxitos de la literatura juvenil beben de forma más o menos descarada de grandes clásicos, solo que reinterpretándolos al gusto de las nuevas generaciones. Crepúsculo es un refrito de Drácula y de Romeo y Julieta, con unas gotas de aventura y folletín a lo Dumas. Puede que muchos de sus lectores no hayan oído hablar nunca de Stoker o Shakespeare, pero están leyendo algo que deriva directamente de ellos y eso no es malo.

Manel Loureiro

 

8. Sus libros han alcanzado una gran difusión internacional gracias a las nuevas tecnologías. ¿El libro electrónico ha cambiado la relación entre el texto, el autor y el lector?

Lo que ha cambiado las reglas de juego ha sido Internet. Antes eran las editoriales las que decidían qué era lo que los lectores iban a poder leer en base a sus criterios editoriales y ahora sin embargo son los lectores (y los autores que se autoeditan) quienes a través de las redes van creando las tendencias y obligan a los editores a ir tras de ellos con la lengua fuera y a pie cambiado. Eso es excitante, porque nunca había pasado.

 

9. ¿Por qué los géneros de terror y ciencia ficción no suelen ser cultivados por los escritores de habla hispana?

Porque hasta hace apenas unos años no resultaba rentable. Ahora eso ha cambiado por completo. Es así de sencillo.

 

10. ¿Qué consejos le daría a una persona joven que quiere ser escritor?

El primero que lea mucho, y cuando digo mucho quiero decir MUCHO. Es la única manera de aprender a escribir, leer sin parar, tanto las cosas que te gustan como las que no te gustan. El siguiente paso es lanzarse sin miedo a contar sus propias historias, pero sin obsesionarse con tener un libro publicado y en la lista de best sellers. Eso, si lo que ha hecho es realmente bueno, ya llegará. Y por último, que disfrute intensamente cada momento, porque la literatura es uno de los últimos rincones del mundo donde aún se esconde la magia. Si lees buenos libros, bien escritos, de buenos autores y que traten de aquellos asuntos o temas que te interesan es muy difícil que no te aficiones a la lectura. Eso sí, esto especialmente en España tiene una dificultad, puesto que en nuestro país se publican muchísimos libros malos, muchos más libros malos que buenos.

Manel Loureiro

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3. Recuadro

El terror que atrae y entretiene

Los cuentos y novelas de terror tienen ejércitos de lectores, tan grandes como los de los zombies que invaden el mundo en Apocalipsis Z. El principio del fin, la primera novela de la trilogía de Manel Loureiro. Pese a que ciertos críticos no suelen ser bondadosos con el género y algunos incluso lo consideran ”menor”, “comercial” o “fuera del canon”, el terror aparece desde siempre en la historia de la literatura. Tanto en los relatos clásicos como en los cuentos populares o en las narraciones de escritores de la talla de Poe, Cortázar o Bioy Casares, el género ha sido cultivado por autores de todos los tiempos. Lovecraft, gran admirador de Poe, afirma que no existe una emoción humana más antigua e intensa que el miedo.

El ser humano experimenta placer al enfrentarse con esta sensación y por ello la lectura de historias terroríficas nos proporciona cierta gratificación como lectores. Nos sentimos amenazados por un sinnúmero de situaciones como la muerte, el enclaustramiento o la locura; por fenómenos naturales, como los terremotos o las tormentas; por animales salvajes e incluso por fuerzas sobrenaturales... Todos estos elementos aparecen en los relatos de terror, que nos enfrentan con esos miedos ancestrales y fascinan, aterran y encantan. En las historias que nos atemorizan buscamos el valor necesario para superar ese miedo, para enfrentar a las fuerzas siniestras que nos amenazan y nos acechan.

Manel Loureiro

Un joven abogado gallego, sin más armas que su blog y su ingenio, se transforma por azar en un héroe que debe combatir a los no-muertos que han invadido el mundo por causa de un virus, originado en Rusia, y que ha infectado a millones de personas en el mundo. El protagonista de Apocalipsis Z. El principio del fin decide escribir para no morir y a través de un relato minucioso y desgarrado confabula las fuerzas siniestras que lo rodean. Transformando el terror en valor, utilizando la inteligencia y el sentido común, busca salvar su vida y la de su gato Lúculo, el único vínculo que lo ata a un mundo que ya ha desaparecido.

El letrado, cuyo nombre se desconoce en esta primera novela de la saga, cuenta en tiempo presente sus sensaciones, sus dudas y sus miedos. Todo lo que conocía ya no existe. No hay contacto con familiares, ni con amigos ni vecinos. Ya no quedan «puntos seguros», no hay ejército, ni estado, ni ley. Impera el terror que provocan cientos de miles de zombies que no alcanzan a descansar en paz y siembran el pánico entre los pocos supervivientes de un mundo destruido.

¿Qué hacer entonces? ¿Salir de esa suerte de refugio en que se ha transformado su casa o quedarse inmóvil hasta que no haya comida, ni bebida, ni posibilidad de sobrevivir? El contacto con el afuera es tan riesgoso como necesario y, finalmente, el protagonista sale del encierro y se enfrenta a las hordas de seres fragmentados, mutilados, rotos. Seres sin alma ni conciencia, cuyo único fin es matar.

En su intento desesperado por encontrar a otros seres humanos, el protagonista de la novela pone a prueba sus propios límites, se transforma y se convierte en un soldado de un ejército liderado por sí mismo. Finalmente, logra contactar con otros humanos y cuando piensa que está a salvo se da cuenta de que ese mismo encuentro lo lanza, sin piedad, a enfrentarse nuevamente con las criaturas infernales de las que había logrado huir.

Nuevos cruces se sucederán entonces con los no muertos, momentos de angustia, tensión y muerte, descritos por el autor con detalle y precisión. Gemidos, mutilaciones, putrefacción se suceden en el blog de este abogado gallego que debe enfrentarse a lo desconocido solo por alcanzar un sitio seguro en un mundo que ha dejado de ser un hogar para los seres humanos.

Y esta novela que entretiene, aterra y atrapa muestra con crudeza que el mundo que habíamos conocido ya no existe. No hay sitios seguros, estamos huérfanos, solos y en peligro. En este universo donde reinan los zombies solo hay destrucción y muerte.

Los vecinos no fueron informados y tan solo pudieron ver el rastro de sangre provocado por las amputaciones de pies y manos,

leemos con horror. Pero no se trata de un fragmento de la novela de Loureiro sino de un artículo del diario El País que narra la situación en Mali, donde hay una cruenta guerra civil. Y estas amputaciones no son fruto de la acción de los zombies, ni de los terremotos, ni de las fuerzas sobrenaturales. Son fruto de la acción humana.

En una de sus tantas expediciones, el protagonista de Apocalipsis Z llega a una casa y observa una escena desgarradora: una madre muerta, con indicios de suicidio, un bebé zombie en una silla, atado. El abogado comprende que la madre se quitó la vida porque no fue capaz de matar a su hijo, infectado por el virus y transformado en un no muerto. Entonces, por piedad, aprieta el gatillo y el bebé descansa finalmente. La crueldad de la escena, sin embargo, es compasiva si tenemos en cuenta un suceso reciente en ese mismo paisaje gallego. Sin zombies. Dos padres fueron condenados, acusados de acabar con la vida de su hija adoptiva. Solo con leer la prensa es posible afirmar que la mejor novela de terror produce menos escalofríos que los hechos cotidianos. Será por ello que es un género que atrae y entretiene y habla de los espacios más oscuros y silenciados de la condición humana.

 

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