Sección TECNOLOGÍAS
José Luis Cabello Espolio
Licenciado en Filología Inglesa, ha trabajado como Profesor de Secundaria y Asesor Técnico Docente en el Ministerio de Educación y la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid.
Resumen.
El texto revisa los argumentos del creciente «negacionismo digital» en la educación, una postura que rechaza la tecnología alegando supuestos daños al aprendizaje. Aislar la escuela de nuestra realidad hiperconectada impide desarrollar la competencia digital esencial y obligatoria, generando desigualdad social. El fallo puede estar en no adaptar la metodología docente, no en la tecnología en sí. Se concluye que, en lugar de prohibir, es urgente y necesario formar al alumnado en el uso crítico, seguro y provechoso de las TIC y la inteligencia artificial.
Palabras clave: negacionismo, competencia digital, inteligencia artificial, metodologías activas, TIC, políticas educativas, lectura, dispositivos conectados, Internet, aprendizaje, tecnología educativa.
Abstract.
The text examines the arguments of the growing «digital denial» movement in education, a stance that rejects technology by alleging supposed harm to learning. Isolating schools from our hyperconnected reality prevents the development of essential and mandatory digital competence, generating social inequality. The problem may lie in the failure to adapt teaching methodologies, not in the technology itself. It concludes that, instead of prohibiting technology, it is urgent and necessary to train students in the critical, safe, and effective use of ICT and artificial intelligence.
Keywords: denialism, digital competence, artificial intelligence, active methodologies, ICT, educational policies, reading, connected devices, Internet, learning, technology
Una nueva ola de negacionismo nos invade y encuentra su principal caldo de cultivo en centros de enseñanza y consejerías de educación: el negacionismo digital o anti-tecnológico. El Diccionario de la RAE define así el término negacionismo: «Actitud que consiste en la negación de determinadas realidades y hechos históricos o naturales relevantes, especialmente el holocausto». Tenemos así negacionistas que niegan, no solo el holocausto, también la llegada a la Luna, los beneficios de las vacunas, el cambio climático, el carácter sanguinario y corrupto de la dictadura franquista, que la Tierra sea esférica o la existencia del virus COVID-19, ya que todo fue una estrategia de los poderes globales para someter a los ciudadanos, restringir sus libertades y obtener beneficios económicos.
Esto último es uno de los argumentos que algunas personas esgrimen para rechazar el uso de los medios digitales, es decir, cualquier dispositivo conectado a Internet. El negacionismo digital o anti-tecnológico en educación añade más argumentos para alertar sobre la integración de esos medios en el sistema educativo. Veamos cuáles son:
Puede que estemos parcialmente de acuerdo con alguno de estos argumentos y que seamos críticos con cómo se ha integrado la tecnología en las aulas y la metodología de su uso, sin que ello suponga que demos la espalda a la innovación educativa con medios tecnológicos conectados. No es así en el caso del negacionismo digital, que recurre a todos estos argumentos, unos u otros según el momento y escenario, para negar la necesidad de integrar los medios digitales en el aula y culpar de los problemas educativos al uso de las nuevas tecnologías. Se recurre al miedo para alertar a las familias y se manipula a la opinión pública con estudios y publicaciones que dan una información sesgada sin suficientes evidencias, o con intereses ocultos, sin mencionar otros estudios que dan una información diferente. Por ejemplo, se dice que los dispositivos conectados han reducido la capacidad lectora de los jóvenes, sin embargo, los datos del barómetro de Hábitos de lectura y compra de libros 2024 del Ministerio de Cultura indican que los jóvenes de 14 a 24 años son los que más leen en España. No es algo nuevo que los mayores critiquen a las generaciones más jóvenes, ya se hacía en tiempos de Sócrates, ahora se añade el uso de los medios digitales como culpable de su escasa formación y se les llega a tachar de cretinos digitales o generación zombi.
Comentemos esos argumentos negacionistas, desmontemos algunas de sus falacias y veamos por qué no podemos aislar los procesos educativos del uso y evolución de las nuevas tecnologías:
Aunque hay honrosas y numerosas excepciones, en general las TIC no están bien integradas en los centros escolares y su uso no está generalizado, aunque se ofrezcan datos oficiales con la pretensión de dar una imagen diferente. Se insiste en la importancia de reforzar las competencias lingüística y matemática por su carácter instrumental para otros aprendizajes, pero se olvidan de recordar que la competencia digital es una competencia básica igualmente importante e instrumental para facilitar otros aprendizajes. No hay datos que nos informen de cuál es el nivel de competencia digital de nuestros estudiantes o qué se hace para que mejore. No parece que haya interés en ello por parte de las administraciones educativas. En España, los negacionistas digitales pueden estar tranquilos, su rechazo al uso de los medios digitales en las actividades de enseñanza y aprendizaje cuenta cada vez con más apoyos, incluso entre quienes deciden las políticas educativas.
Mark Prensky, fallecido el pasado mes de mayo, inventó hace ya más de 20 años (en 2001) los términos «nativos digitales» (que han nacido y crecido rodeados de dispositivos digitales) e «inmigrantes digitales» (quienes crecimos en una cultura anterior a Internet y, por tanto, no digital). Esta distinción, bastante manida en su momento, no se refiere tanto al conocimiento tecnológico de las utilidades, como a la diferencia sociológica y cultural. Prensky decía que hay que escuchar más cuidadosamente a lo que los estudiantes piden sobre su propia educación. Quieren aprender de otra manera, participar activamente en su propio proceso de aprendizaje y conectarlo de forma clara con la realidad digital que les rodea. Proponía una implementación más efectiva de metodologías activas de aprendizaje, donde los estudiantes no solo consumen información, sino que mejoran los procesos cognitivos y participan activamente en la creación de su propio conocimiento mediante proyectos de aprendizaje que lo faciliten. Difícilmente podrán los estudiantes desarrollar su competencia digital si trabajan solo en entornos cerrados con paquetes de contenidos predeterminados. En una de sus últimas intervenciones públicas, Digital natives are now AI immigrants (Los nativos digitales son ahora inmigrantes, 2024), Prensky proponía aprovechar el potencial de la IA para transformar la educación y empoderar a una nueva generación de «nativos de la IA» para diseñar su propio futuro.
¿Qué vamos a hacer, qué debemos hacer? Desde luego, desmontar falacias y proponer formas de trabajar distintas. Y, por supuesto, tenemos que enfrentar el uso de la inteligencia artificial como nuevo elemento de la competencia digital, igual que lo fueron antes el uso habitual de teclados, la navegación por Internet o la escritura hiperenlazada, que se han integrado profundamente en nuestra vida diaria, y sin los cuales no es fácil imaginarla. No podemos aceptar la invitación a mirar a otro lado que propugnan ciertos sectores y que el cansancio que sentimos por los frenéticos cambios parece propiciar. Además, puede ser muy divertido domesticar a la fiera.
CABELLO ESPOLIO, José Luis (2025). «Las falacias del negacionismo digital en educación». Letra 15. Revista digital de la Asociación de Profesores de Español «Francisco de Quevedo». Año XII. N.º 15. ISSN 2341-1643 [URI: https://www.letra15.es/L15-15/L15-15-42-JoseLuisCabelloEspolio-Lasfalaciasdelnegacionismodigitaleneducacion.html]
Recibido: 31 octubre de 2025.
Aceptado: 6 diciembre 2025.
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