Letra 15. Revista digital
Revista digital de la Asociación de Profesores de Español «Francisco de Quevedo» de Madrid - ISSN 2341-1643

Sección ARTÍCULOS

El cronotopo literario «París» en La saga/fuga de J. B., de Gonzalo Torrente Ballester

Santiago Sevilla Vallejo

Santiago Sevilla Vallejo

Centro Universitario Villanueva. Universidad Complutense de Madrid.

Doctor en Estudios Literarios y Licenciado en Psicología. Su investigación se centra en narratología y taller de escritura. Ha publicado la novela «Año de hierro» (Estados Unidos: Paroxismo), relatos y poemas. Escribe en el blog de escritura creativa «Vivir de los cuentos».

santiagosevilla@ucm.es

El presente artículo es un capítulo de la tesis La obra de Gonzalo Torrente Ballester como juego, defendida en junio de 2014 en la Universidad Complutense de Madrid.

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Resumen / Abstract

Resumen.

La saga/fuga de J. B. construye Castroforte del Baralla, una ciudad imaginaria, por contraste con aspectos mitificados de París, que sirve de referente real. La oposición entre ambas ciudades hace que Castroforte del Baralla parezca real y ficcionaliza París.

Palabras clave: Cronotopo, realidad, ficción, referente.

The literary chronotope Paris in La saga/fuga de J. B., by Gonzalo Torrente Ballester

Abstract.

La saga/fuga de J. B. builts Castroforte del Baralla, an imaginary city, in contrast with mythified aspects of Paris, which serves as real reference. The contraposition between both cities makes Castroforte del Baralla appear real and it fictionalizes Paris.

Keywords: Chronotope, reality, fiction, reference.

1. Ciudades reales en la ficción

Torrente Ballester transforma la realidad en ficción. Tanto él, en Cuadernos de un vate vago, como otros estudiosos han señalado que muchas de sus obras ficcionalizan ciudades reales. Un ejemplo tiene lugar en Fragmentos de Apocalipsis, que transcurre en Villasanta de la Estrella, la cual tiene características que recuerdan a Santiago de Compostela  1 . Según Sierra, Fragmentos de Apocalipsis recoge la esencia de Santiago de Compostela, sin ser un

museo histórico o un decorado para una acción […] sino que, extrayendo sus materiales de una lectura humorística e irreverente de sus cimientos legendarios, consigue dibujar un paisaje narrativo tan inequívocamente torrentino como compostelano (21).

Como en otras obras torrentinas, el lector asiste a la creación de la ciudad (Sierra, 2004: 21).

Villasanta es una ciudad, a la vez, metafísica y orgánica; un organismo-trampa, una especie de fantasía que, convencido el lector de su existencia, no puede tener otro destino […] que evaporarse en la nada (Sierra, 2004: 22).

Portada de La saga/fuga de J.B. donde aparece el cuadro de Goya en que está inspirada la novela.

A partir de la ciudad real, Torrente Ballester inventa un lugar nuevo:

Villasanta está construida con palabras prestadas, con símbolos que refieren a leyendas compostelanas y se entrelazan los unos con los otros para constituir una realidad nueva, un doble metafísico, cabalístico, esperpéntico, de la ciudad real. A diferencia de Castroforte, ciudad que se eleva y desaparece de la vista pero no deja en ningún momento de ser la misma, Villasanta es una megaciudad, una realidad disociada, la imagen astral de Compostela; de modo que cuando Villasanta cobra vida independiente se lleva las palabras con ella y Compostela queda reducida a poco más que un amasijo de sillares, un montón de piedras sin alma abandonadas a su suerte (Sierra, 2004: 22).

Un caso parecido es del de Castroforte del Baralla en La saga/fuga. Esta ciudad está claramente inspirada en Pontevedra. El espacio real condiciona la ficción. Tal como dice Víctor F. Freixanes, hay novelas que inspiran poemas, ensayos, reflexiones filosóficas y, en el caso de Pontevedra, invita a los escritores a componer novelas (2003: 23). Dice José María Merino que Castroforte tiene características de Pontevedra, tanto visibles como invisibles. Con visibles se refiere a lugares físicamente reconocibles, elementos contemporáneos, mientras que con invisibles señala aquellos aspectos «que han ido cristalizando en un pasado compuesto de realidad, falsedad, sueño, leyenda, mito, ocultamiento, manipulación» (2003: 48). Estos son elementos que podríamos llamar del carácter de la ciudad. La ciudad gana su identidad en la interpretación que hace de ella el autor:

Paradójicamente, la identidad de una ciudad es también el resultado de un proceso desidentificador. Y, sin duda, es solamente la literatura el procedimiento capaz de sintetizar y dar forma y verosimilitud a ese entrelazarse de lo visible y lo invisible, de lo real y lo inventado, en que se debate la memoria histórica (2003: 48).

El autor puede apoyarse en diversos aspectos del mundo en que vive para crear sus ficciones. Los elementos históricos son un buen marco sobre el que fantasear. En numerosas novelas torrentinas, un personaje histórico y los acontecimientos biográficos del autor sirven como inicio de la ficción. Del mismo modo, Torrente Ballester emplea ciudades reales como disparadero de sus ficciones. Sus conocimientos sobre ciudades, ya sea por haber vivido en ellas o por erudición, se refleja en su obra. De este modo lo autobiográfico, los conocimientos del autor y su Literatura quedan estrechamente unidos (Loureiro, 2006: I). Las relaciones que tienen lugar entre estos aspectos explican en parte los nexos que establece Torrente Ballester entre realidad y ficción. O, mejor dicho, el carácter inseparable que tienen para él lo real y lo ficticio, la Historia y la historia.

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2. Reescritura de Castroforte del Baralla

A lo largo de La saga/fuga, Castroforte del Baralla surge, se construye y, por último, desaparece. Castroforte del Baralla es fruto de las intervenciones de todos los personajes de la obra. Estos se dividen entre defensores y enemigos de Castroforte y luchan entre sí para afirmar o negar que esta ciudad exista, respectivamente. La saga/fuga hace explícito que se trata de un texto literario, que se construye ante los ojos del lector. Los personajes se van formando a lo largo de la obra, los acontecimientos tienen lugar en función de la voluntad del narrador y Castroforte es creado por las descripciones que hacen los personajes de esta ciudad. Según Eugenia Popeanga  2  :

«Sus habitantes emprenden día a día la tarea de re-escribir su entorno y transmitir sus valores, haciendo de la ciudad su “lugar”» (2008: 21).

En este trabajo se va analizar cómo Castroforte del Baralla y París se construyen a través de la palabra, del humor y de la comparación entre ambas. La idea principal es que París sirve como un referente que pertenece a la realidad, pero que los personajes construyen de acuerdo a su imaginación; y siempre sirve de contraste a la ciudad que ellos habitan.

En Castroforte del Baralla tienen lugar hechos difíciles de creer. Por ejemplo, José Bastida inventa el Tren ensimismado y este aparece después como si fuera real. La ciudad también se ensimisma y, cuando esto sucede, levita. En repetidas ocasiones se muestra

el poder mental y lingüístico de la imaginación; esto es: basta que los habitantes de la ciudad […] piensen en el posible fenómeno de la levitación o lo verbalicen, para que inmediatamente después perciban una leve oscilación del suelo firme (Álvarez, 2008: 321).

Tal como analiza Loureiro, La saga/fuga presenta situaciones que amenazan con romper la verosimilitud de la obra. Sin embargo, el empleo que hace el autor de juegos de lenguaje y del humor y las comparaciones entre Castroforte del Baralla y París la conservan. La verosimilitud reside en la afirmación abierta de que todo lo que se cuenta es un artificio lingüístico:

En La saga/fuga de J. B., la ciudad y los personajes preexisten. Su existencia no depende de la voz del narrador, de que los nombre y señale sus atributos; el autor permanece fuera del texto. Aun en el caso de José Bastida, narrador que desentraña los secretos de Castroforte, señala su historia y probablemente su futuro, este personaje es tan dependiente del autor como los demás (Martínez de Antón, 2008: 203).

Plaza Mugartegui. Pontevedra. Foto hecha por Torrente Ballester, tomada del Facebook de la Fundación GTB. Varios lugares que aparecen en la novela hacen pensar que el modelo de Castroforte del Baralla sea esta ciudad.

En esta novela se muestra la creación y la degeneración del mito de Castroforte del Baralla. Si sus orígenes son inciertos, la amenaza de su desaparición es inevitable y, consecuentemente, se materializa. Castroforte está destinada a separarse de la tierra de un modo definitivo. Desde el comienzo de La saga/fuga, los personajes son conscientes de que la realidad de Castroforte depende de las palabras, por lo que las emplean para influir en el desarrollo de los acontecimientos. De modo que la imaginación de los personajes es el motor de la Historia y, en el momento en que dudan de la existencia de Castroforte del Baralla, corren el peligro de que esta desaparezca. Las existencias de Castroforte del Baralla y de sus personajes son terriblemente frágiles. Ambos surgen por la palabra y por la palabra pueden desaparecer. También, el humor los pone en cuestión y los salva. Por una parte, las comparaciones entre el magnífico París y el insignificante Castroforte del Baralla ponen de relieve la poca importancia que tienen los sucesos acaecidos en la ciudad gallega. Por otra parte, sirven para que el relato se ancle en la realidad.

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3. Castroforte del Baralla y París, dos ciudades en contraste

Castroforte y París son ciudades que aparecen caracterizadas de forma opuesta. Castroforte es una ciudad imaginaria, que

existe a través de la palabra (Martínez de Antón, 2008: 203)

y, sin embargo, está descrita con mucho detalle. En cambio, París es una ciudad real, que en la obra aparece de un modo impreciso, pero que representa un referente importante para los habitantes de Castroforte. Si en La saga/fuga no existiesen otras ciudades además de Castroforte, la novela correría el riesgo de ser un simple juego de palabras, que no hace referencia a elementos de la realidad. Si bien Castroforte del Baralla está inspirado en elementos provenientes de Galicia, el texto señala la naturaleza ficcional de lo que se está contando. Pero, la inclusión de París permite que el lector se plantee si realmente existe una ciudad llamada Castroforte del Baralla, que es la capital de la quinta provincia gallega.

La relación entre Castroforte del Baralla y París tiene elementos satíricos, que según Felipe González crean

un cierto tipo de seducción inventiva provoque en nosotros una ilusión de realidad superior a la ilusión de lo ficticio (98).

Torrente Ballester emplea el humor para construir una obra de arte. Spang estudia cómo el texto parodia usos lingüísticos y obras literarias. El texto no solo se burla de las excentricidades de Castroforte del Baralla y de París, sino que emplea el humor como instrumento para crear estas dos ciudades. La saga/fuga es

una obra de arte que con, o quizá a pesar de las intenciones paródicas, adquiere un valor estético propio (Spang, 1990: 95-96).

En Castroforte del Baralla tienen lugar unos acontecimientos que para sus habitantes son vitales. Pese a lo cual, las comparaciones entre esta irrelevante ciudad y París ponen de relieve que estos no son tan importantes, sino que más bien son anécdotas locales. En cambio, París es, en principio, la ciudad ideal por una serie de méritos, pero también tiene carencias. Castroforte es una ciudad poco relevante y bastante aislada, por lo que producen risa las extravagancias de sus personajes. En cambio, París es una ciudad idealizada que, en ciertos momentos, sufre cierto proceso de desidealización. Es mitificada y desmitificada.

Castroforte es una localidad cerrada al exterior. Sus habitantes tienen muy pocos contactos con otros lugares, solo algunos personajes que viajan al extranjero; no obstante, están informados de lo que sucede en París gracias a las noticias de La voz de Castroforte, el periódico en que escriben los miembros de La Tabla Redonda; y les llegan toda clase de artículos e influencias provenientes de París. Es de los pocos referentes que tiene la capital de provincia en la que transcurre La saga/fuga, aunque, como se verá, la imagen que les llega de París está distorsionada. Los habitantes de Castroforte comparan su estilo de vida con el de las grandes capitales europeas. París es el centro en varios aspectos, mientras que Castroforte del Baralla es la periferia en todos los sentidos  3 .

Una imagen de un barrio del París bohemio

París representa el centro del que proviene la cultura, el vestir y la vida social y las nuevas maneras de pensar. Si bien esta ciudad aparece como referente, apenas es caracterizado como ciudad física. No queda constancia de las calles que visitan los personajes ni hay descripciones de lugares emblemáticos. De hecho, no hay apenas información del espacio físico de la ciudad. Sin embargo, París es muy importante como proveedora de libros, documentos, trajes, notas de sociedad, de nuevas ideas y de una moral liberal. Lo poco que los castrofortinos saben del mundo es gracias a que hasta París llega información de todo el mundo, que es reescrita por don Torcuato para La voz de Castroforte.

París sirve como escenario de varios de los acontecimientos que tienen lugar fuera de Castroforte. Esto es relevante porque la mayor parte de La saga/fuga sucede en espacios muy concretos de la capital gallega. París es uno de los lugares con el que Torrente Ballester amplía las fronteras narrativas del texto. Allí vive uno de los J. B., el obispo Jerónimo Bermúdez, quien es testigo de los amores de Pedro Abelardo y Heloísa en el siglo XII. Torrente Ballester reconstruye las relaciones entre Pedro Abelardo y Heloísa, pero tan solo en una ocasión aparece una mención geográfica:

El Preboste de París tuvo que reprimir el alboroto, porque los estudiantes, en un principio asustados, quisieron matar a los mutiladores: los arqueros del Preboste dispararon sus flechas, hubo muertos y heridos, y las calles de la Rive Gauche quedaron vacías y silenciosas (663).

También, en París, Coralina Soto se convierte en una gran artista en el s. XIX y Jacinto Barallobre y Clotilde realizan un viaje en el s. XX. En ambos casos, no aparecen elementos geográficos, pero sí se caracteriza la ciudad como referente en tres aspectos.

4. París como centro de la cultura

En primer lugar, París es una referencia cultural. Hasta Castroforte llegan muy pocos libros. Sin embargo, los Barallobre tienen una excelente biblioteca, que vienen formando con envíos de París desde mediados del s. XVIII:

¿De dónde les venían los retratos y las publicaciones en que se informaban?; pero usted no ignora que alguien de nuestra ciudad, en cualquier momento de nuestra historia que usted elija a partir de 1745, alguien, digo, de este pueblo, estuvo siempre en relación directa y continua con París, o al menos con algún librero de París. La famosa biblioteca de La Casa del Barco, que conozco perfectamente, se formó de esa manera (536-537).

Lo que los habitantes saben de Literatura, de las Artes en general y de lo que pasa en el mundo es a través de París. Sin embargo, los personajes de Castroforte deforman la información que les llega. Don Torcuato desde París escribe las noticias para La voz de Castroforte, pero las distorsiona. Si bien toma acontecimientos y personajes reales, altera algunos detalles y atribuye a esos personajes acciones que nunca realizaron. Este tipo de escritos se llama canard. Uno de ellos incluye a La Comuna de París, que tuvo lugar en 1871:

Don Torcuato sostenía la utilidad política del canard, y una de las tareas a que la trinca se entregaba con mayor entusiasmo era a su concepción, elaboración y redacción. De este modo, Guillermo I, Emperador de Alemania, entró en París prisionero de Napoleón el Pequeño; el Papa Pío IX fue ahorcado en la Plaza de San Pedro, y Garibaldi proclamado Rey de las Dos Sicilias. Así también La Commune, sublevación de los burgueses, fue inmediata y pacíficamente sofocada por el proletariado de París… (231).

Don Torcuato escribe sobre la insurrección de La Comuna, pero, en realidad, no informa sino que escribe historias divertidas y absurdas, que perduran en el tiempo por su propio ingenio. Emplea la palabra con una pretensión más humorística y literaria que periodística:

Por lo pronto, el francés mostró deseos de conocer los canards relativos a La Comuna que don Torcuato del Río había redactado y publicado sistemáticamente: aquellos despachos fechados en París por los que los lectores de Castroforte estuvieron minuciosamente informados de la sublevación de los burgueses contra el proletariado, de las heroicas, legendarias barricadas, y de la masacre final de tenderos, abogados y agentes de Bolsa por las balas implacables de los trabajadores (62-63).

Don Torcuato adorna los hechos que acontecen en París con imágenes grandilocuentes:

…En aquellos tiempos, me refiero. ¿Sabe usted cómo describió la entrada en París del Kaiser Guillermo I después de la derrota de los franceses? Pues más o menos así: el Emperador llegó en un carro triunfal de bronce tirado de dos elefantes, a cuyos lomos, convenientemente encadenados, figuraban Napoleón III, la Emperatriz Eugenia y su tierno hijo». «¡No me diga...!». «Usted, como periodista, debería estudiar esa colección, sobre todo desde que el primitivo semanario se convirtió en diario… (537).

Castroforte tiene una serie de héroes con las siglas J. B. Existe una lucha entre los que defienden que esos J. B. nunca existieron o no fueron verdaderos héroes y quienes sostienen su autenticidad. También, se debate cómo es posible que, cuando vinieron unos ingenieros a la ciudad, no la encontrasen. Esto da argumentos a quienes defienden que Castroforte no existe. José Bastida defiende a los J. B. y está convencido de que los ingenieros no encontraron la ciudad porque, cuando los habitantes de Castroforte están preocupados, la ciudad levita. Los datos que provienen de París sirven tanto para poner en duda a los J. B. y a Castroforte como para defenderlos.

Por un lado, en París están los archivos con los que Bendaña sostiene que el Almirante John Ballantyne, J. B., no estuvo nunca en Castroforte:

el Almirante se hallaba muy enfermo, y murió en la travesía antes de llegar a Brest: eso dice puntualmente el «Diario de abordo», que existe archivado en el Ministerio de Marina de París y que también he fotografiado (540).

Por otro lado, José Bastida inventa el Tren ensimismado, que es un transporte que gira en torno a sí mismo y que, como Castroforte, levita; para justificar que, a veces, Castroforte desaparezca de la tierra. José Bastida le atribuye la invención a don Torcuato, pero a su interlocutor, don Perfecto Reboiras, le sorprende que don Torcuato fuese capaz de construir un tren en la segunda mitad del s. XIX, y José Bastida se ve obligado a justificarlo por influencia parisina:

«Pero, en aquellos tiempos, ¿había ya tren en Castroforte?». «No lo creo». «Entonces, ¿cómo...?». «No olvide usted que los Barallobre recibían revistas de París…» (315).

Los personajes asumen que todos los aspectos de cultura que desconocen seguramente tengan relación con París:

En la cama me había contado que la pintara Manet y que Offenbach le escribía la música de sus canciones, y aunque yo no hubiera jamás oído aquellos nombres de Offenbach y Manet, los suponía estrellas de una constelación remota de la que nos llegaban destellos a través de La Vie Parisiense  4  (699).

Pese a lo dicho, los personajes idealizan París. Cuando lo visitan se dan cuenta que sus gentes no son tan elegantes y cultas como habían imaginado. Jacinto Barallobre, que lo visita a comienzos del s. XX, queda decepcionado:

¡Cuando lo que me apartara de ti fueran los sabios, los poetas y los pintores! Yo buscaba el café de Picasso, y lo que me encontré fueron filósofos barbudos, estudiantes harapientos, músicos de acera, golfos, buhoneros y clochards (663).

Si bien París representa la cultura, hay datos para pensar que esto forma parte de una cierta idealización.

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5. París como centro de la vida social

En segundo lugar, París representa la elegancia en el vestir y la vida social. Lo último en ropa proviene de allí:

…don Felipe González, el Maragato, entre la quincalla de Álvarez, por Altamira, y la sucursal del Banco de Galicia y el Bierzo, por Sotomayor: una tienda muy bien surtida, como que vende más que ninguna del ramo, sobre todo zapatos para niño y mozalbete, y últimas novedades de París para señora y señorita (391).

Cartel. La Vie Parisienne. Una imagen de la fiesta de alta sociedad en París.

París es la capital de la moda, pero también de las grandes fiestas y de la fama. Lilaila Souto nace en Castroforte. Más tarde, un director de circo la rapta y, para convertirse en una gran artista internacional, adopta el nombre de Coralina. Mientras Lilaila está en Castroforte es conocida a nivel local, en cambio, en París se convierte en una mujer de gran fama:

Coralina Soto que la simple mención de su nombre y algún que otro recuerdo. “¿Y dice usted, señor Bastida, que fue contemporánea de Castelar?”. “Año más o año menos”. “¿Y era en Madrid donde cantaba?”. “Con preferencia en París y en otras grandes capitales. Rivalizaba en belleza y en popularidad con la Emperatriz Eugenia”. “Pues, ya ve, de esa Eugenia no he oído hablar” (157).

París es uno de los lugares para lanzar a una artista a la fama, hasta tal punto que, según la broma de La saga/fuga, Coralina Soto llega a ser más famosa que la emperatriz. De París llega el conocimiento y el arte. Sin embargo, carece de brillo de clases nobiliarias que tiene Viena en el s. XIX:

¿Qué quieres que te diga? No sé si me gusta más Viena que París. Porque en Viena hay más aristocracia, y todos los hombres son húsares de algo, y están majísimos con sus dolmanes y sus gorros de piel, y saben hacer el amor con tanta delicadeza como si bailásemos un vals delante del Emperador (700).

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6. París como centro de una nueva mentalidad

En tercer lugar, llegan de París nuevas maneras de pensar e ideologías contrarias a la religiosidad y el puritanismo de la España retratada en La saga/fuga:

Hay que retrotraerse a los tiempos de don Godofredo Barallobre, el fundador de la biblioteca de la Casa del Barco, corresponsal de Buffon, de Linneo y más tarde —inexplicablemente, por cierto— de Cagliostro; don Godofredo, que enviaba al Norte sus barcos con vinos y lampreas y los traía cargados de libros prohibidos, armó un lío genealógico sólo comparable al maremágnum de ideas que organizó en toda la región al convertirse en agente distribuidor de cuanta literatura racionalista, impía o francamente atea se publicaba en Londres, en París y en Ámsterdam (181-182).

De París vienen las innovaciones científicas, pero también el libertinaje que va en contra de la moral predominante en Castroforte. El personaje que más lucha por conseguir la abstinencia sexual de los castrofortinos es don Acisclo. Para este religioso la sexualidad solo debe tener lugar como medio de reproducción y entiende el resto de relaciones sexuales como fruto de la debilidad y, sobre todo, como un «derroche seminal». Don Acisclo piensa que los encuentros sexuales de los castrofortinos deben servir para engendrar descendencia, mientras que los encuentros sexuales puramente eróticos, que simplemente persiguen el deleite de las parejas, son un derroche porque se pierde la semilla que podría engendrar nuevos seres humanos. Se siente satisfecho porque las parejas que le consultan han reducido su «derroche», frente a las parejas de las ciudades que tiene por pecaminosas:

La cuenta echada muy por encima hacía pensar a don Acisclo en un derroche seminal que no excedía el par de centímetros cúbicos al mes: cantidad realmente modesta si se la comparaba con las cifras astronómicas que ciertos cálculos le habían suministrado: un millón de centímetros cúbicos en París, dos en Londres, tres en Nueva York, y no por mes, ¡por noche! La corriente del Sena, la del Támesis y la del Hudson reunidas. No se explicaba cómo todavía la Providencia no había enviado su fuego contra las tres ciudades del pecado… (434-435).

La obsesión del cura con el «derroche» seminal resulta muy divertida y absurda. El religioso lleva un disparatado cálculo de las cantidades de esperma que no sirven para fecundar dentro y fuera de Castroforte.

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7. Conclusiones

En La saga/fuga contrasta la insignificancia de Castroforte del Baralla, frente a la importancia de París. Castroforte es irrelevante para el resto del mundo, mientras que en París tienen lugar los grandes acontecimientos, que trascienden más allá de la propia ciudad y más allá de Francia. Cuando don Acisclo siente que se le ha revelado un mensaje que debe transmitir a la humanidad, se imagina transmitiéndolo no en Castroforte, sino en París:

Le halagaba el supuesto, y ya se veía en París, ante auditorios incalculables de intelectuales de izquierda… (417).

París es escenario de varias acciones de La saga/fuga, pero, sobre todo, es elevado al mito de ciudad superior (en cultura, moda y sociedad). En cambio, el texto juega a romper esas idealizaciones, se produce desmitificación de esa supuesta grandeza.

En general, París es objeto de la admiración de los castrofortinos, aunque, a veces, es despreciada. Pero, en cualquier caso, está presente en sus mentes. Aunque son muy pocos los personajes que visitan París, muchos más los que lo comparan con Castroforte. Si bien, como pasa con todas las representaciones que tienen los personajes de La saga/fuga, la imagen que tienen de París está distorsionada por la imaginación de los artículos de don Torcuato y por sus propios prejuicios y valores. Loureiro señala que La saga/fuga establece una verdad, pero

no con respecto a un posible referente sino con relación al discurso (1990: 83).

La saga/fuga no muestra un París real, sino la referencia imaginaria que tienen los personajes de él. Como se ha comentado, en La saga/fuga apenas hay menciones a la ciudad física de París, pero en esta ciudad tienen lugar la mayor parte de las situaciones fuera de Castroforte y sirve como referente cultural, social y de una nueva mentalidad. La identidad de Castroforte se define por oposición: tiene menos cultura, menos vida social y una mentalidad más conservadora. Tanto Castroforte como París aparecen parodiadas. Castroforte es vista con humor porque los personajes pretenden estar viviendo grandes aventuras, cuando nadie los conoce fuera de su localidad; y París es parodiada porque la imagen grandilocuente sobre ella es una exageración en muchos casos. El juego que La saga/fuga establece entre ambas ciudades hace que, al final, ambas sean, al mismo tiempo, ficcionales y parezcan reales. El París de Torrente Ballester es una ficción basada en una ciudad que realmente existe y Castroforte acaba por parecer que existe a fuerza de comparaciones con la capital francesa.

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8. Referencias

Una versión anterior de este artículo fue publicada en la revista Didáctica. Lengua y Literatura, Universidad Complutense de Madrid, 2007, 19:11-30.

8.1. Citas

 1  Torrente Ballester también ha escrito sobre esta ciudad en Compostela y su ángel y Santiago de Rosalía de Castro. Apuntes sobre la vida en Compostela en tiempos de Rosalía de Castro. Asimismo, La muerte del decano es otra novela que transcurre en esta ciudad.
 2  Esta cita se refiere a la presencia de las ciudades en los textos literarios. Se puede comprobar que La saga/fuga es uno de los casos más claros de esta afirmación.
 3  Los términos centro y periferia se emplean en el sentido que definió Juri Lotman.
 4  La Vie Parisiense significa literalmente «La vida parisina», que es el título de una ópera bufa de Offenbach. Tanto esta composición como la pintura de Manet son manifestaciones culturales provenientes de París.

 

8.2. Bibliografía

  • ÁLVAREZ PERELÉTEGUI, G. (2008): «Aspectos de lo fantástico en la narrativa de Gonzalo Torrente Ballester». Ensayos sobre ciencia ficción y literatura fantástica. Primer Congreso Internacional de literatura fantástica y ciencia ficción. Universidad Carlos III de Madrid, 6 al 9 de mayo de 2008. Asociación Cultural Xatafi/Universidad Carlos III de Madrid, pp. 319-329.
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  • GONZÁLEZ ALCÁZAR, F. (2008): «Elementos ficcionales en la sátira de ciudades». Revista de Filología Románica, anejo VI, 1, pp. 97-107.
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  • SPANG, K. (1990): «El homenaje Tubular. Crítica y parodia en La saga/fuga de J. B., de Gonzalo Torrente Ballester». Iberoromania, 32, pp. 92-109.
  • TORRENTE BALLESTER, G. (1998): Fragmentos de Apocalipsis. Madrid, Alianza.
  • —(2010): La saga/ fuga de J. B. Carmen Becerra, Antonio Jesús Gil González (ed.). Madrid, Castalia.

 

8.3. Créditos del artículo, versión y licencia

SEVILLA VALLEJO, Santiago (2015). «El cronocopio literario «París» en La saga/fuga de J.B., de Gonzalo Torrente Ballester». Letra 15. Revista digital de la Asociación de Profesores de Español «Francisco de Quevedo» de Madrid. Año II. Nº 3. ISSN 2341-1643 [URI: http://letra15.es/L15-03/L15-03-13-El-cronotopo-Paris.html]

Recibido: 28 de enero de 2015

Aceptado: 11 de marzo de 2015.

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