Sección ENCUENTROS
Crónica de
Pedro Hilario Silva
Fotografías de
José Rodríguez Portero
En la página inicial de nuestra WEB se nos convocó para asistir a la presentación del libro de cuentos de nuestro socio Felipe Díaz Pardo. La Editorial Atlantis acababa de publicar Complicidades que iba a ser presentado en la Asociación de Escritores y Artistas Españoles ubicada en la calle Leganitos, nº 10, piso 1º (Madrid). Esta Asociación (AEAE) que se creó sin ánimo de lucro en 1871 obtuvo el apoyo del rey Alfonso XII, en 1875. Entre los socios fundadores ya encontramos personalidades de la época tan sobresalientes como Emilio Castelar, Juan Valera, Campoamor, Galdós, Tomás Bretón… En los laterales del salón de actos pueden verse cuadros de estos y otros personajes, preferentemente literarios y algunos pintores.
El acto de presentación tuvo lugar el pasado viernes 6 de noviembre de 2015, a las 19:30 horas.
La mesa estuvo conformada por don Emilio Porta, vicesecretario de la AEAE, don Demetrio Fernández, catedrático de Lengua castellana y Literatura e Inspector de Educación del MECD y el propio autor del libro presentado. Abrió el acto don Emilio para dar la bienvenida a los asistentes y exponer una breve historia de la tradición de la Asociación en la que tenía lugar el acto.
Don Emilio Porta es Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y Graduado en ICADE. Escritor y periodista, es crítico de cine y teatro y miembro del Consejo de Redacción de la revista Mirador. Colaborador de distintas publicaciones como articulista; ha escrito y publicado varios libros de poesía y narrativa, entre ellos Diseño de la Noche, Porlock, Compás de espera, Anamarel, Diario despertar, Tomo secreto, Destinos y caballeros, Corales (este último galardonado con el Premio Blas de Otero).
Tras las palabras de acogida de don Emilio Porta, intervino don Demetrio Fernández González. En calidad de Subdirector General Adjunto para la Inspección de Educación del Ministerio y compañero de Felipe Díaz, presentó el libro de relatos con una breve conferencia.
Reproduzco, a continuación, una buena parte de las interesantes reflexiones de don Demetrio:
En la medida en que uno siempre retiene algo de lo que fue, mi buen amigo Felipe —rememorando también lo que él ha sido hasta hace unos años y que nos ha unido a los dos en el pasado en una misma actividad profesional— me ha dicho que estaba autorizado a ejercer la libertad de cátedra en este acto. Y la libertad de cátedra no es para decir lo que se quiera, como a veces se malentiende, sino para poder decir lo que se ha de decir o para poder reflexionar acerca de aquello respecto a lo cual se ha de reflexionar, sin cortapisa alguna, que es lo que a mí hoy me toca.
Ahora bien, y en tanto que ahora ambos ejercemos igualmente como Inspectores de Educación y trabajamos conjunta y armoniosamente en el Ministerio de Educación, el oficio de Inspectores nos enseña que hemos de decir solo lo que se ha de decir, sin perderse en divagaciones vanas, ni aburrir a la audiencia alargándonos más allá de lo estrictamente necesario. Por ello me van a permitir unas breves reflexiones y esquemáticos apuntes que sirvan de presentación de Complicidades, el libro que hoy nos convoca […]
Como muy bien se señala en la contraportada del libro, Complicidades acoge 25 relatos de diversa extensión en los que se reflejan distintas y variadas relaciones personales. Todos y cada uno de esos 25 relatos son intensos, muy intensos […]
Relatos, pues, intensos, y de diversa extensión, pero razonablemente breves y condensados, muy adecuados para los tiempos que corren. Aunque ninguno de ellos puede competir con aquel de Augusto Monterroso que se ha convertido en el paradigma del canon del relato breve, brevísimo, y que dice así:
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
Relatos que bien podrían ser fiel traslado o trasunto de la vida real, próxima, cotidiana, rutinaria; la vida nuestra de todos los días, o casi.
Relatos que acogen variedad de asuntos: Amores y desamores, infidelidades, mentiras, sospechas, descubrimientos sorprendentes, perspectivas poliédricas de realidades próximas, desengaños, unas cuantas verdades y no pocas idealizaciones.
Y si hay variedad de asuntos en Complicidades, también hay unidad, unidad en la variedad para seguir la propuesta del canon cervantino, variedad de acciones y unidad, unidad que viene garantizada la voluntad de estilo que se hace patente en todos y cada uno de los relatos y que no es otra cosa que la marca de la casa, la marca de su autor, la marca que sabe establecer Felipe Díaz […]
Parafraseamos una novela postmoderna, que, al proponer la poética de la novela y el arte de hacer novelas y relatos en estos tiempos, indica:
Y todo ello ha de llevarnos a hacernos algunas preguntas: ¿Quién cuenta? ¿Quién narra? ¿Desde qué perspectiva? ¿Con qué grado de verdad? Si todos los narradores mienten... ¿qué significado, qué verdad se puede —en suma— atribuir al narrador que dice lo que dice o que escribe lo que ha escrito? Narrador habitualmente en tercera persona, que secuencia la historia y el relato a conveniencia, que si unas veces comienza dándonos un apunte de la trama, otras nos sitúa en el final de la historia para luego darnos a conocer cómo hemos llegado hasta aquí. Virtualidad creativa más que referencial: poiesis más que mímesis (construcción más que representación) es lo que hay en Complicidades […]
La larga tradición del realismo, según indica Milan Kundera en El arte de la novela, ha creado para la novela —y por ende para todo relato— algunas normas casi inviolables que por la lógica de toda creación artística han de ser violadas, o al menos todo autor que se precie ha de intentar:
¿Y el lector? En Complicidades se promueve un juego de identificación con la trama, con los personajes, con los ambientes —que resultan próximos, cercanos, hasta reconocibles—, un juego que a veces nos provoca rechazo u oposición.
Y siendo todo esto hecho con apacibilidad de estilo y con ingeniosa invención, y tirando lo más que fuera posible a la verdad, sin duda Complicidades consigue componer una tela de varios y hermosos lazos tejida, que tal perfección y hermosura muestra que consigue el fin mejor que se pretende en los escritos, que es enseñar y deleitar juntamente...
Tanto la mentira es mejor cuanto más parece verdadera, y tanto más agrada cuanto tiene más de lo dudoso y posible. Hanse de casar las fábulas mentirosas con el entendimiento de los que las leyeren, escribiéndose de suerte que facilitando los imposibles, allanando las grandezas, suspendiendo los ánimos, admiren, suspendan, alborocen y entretengan.
Don Demetrio Fernández González concluyó su exposición con la lectura de alguno de los cuentos y/o fragmentos del libro presentado.
Tras el aplauso del público tomó la palabra el autor, para agradecer la presencia de los asistentes, leer algún otro pasaje de su libro y contestar alguna pregunta sobre la invención y redacción de los argumentos.
Por último, se dedicó un tiempo a la firma de ejemplares adquiridos.