Letra 15. Revista digital
Revista digital de la Asociación de Profesores de Español «Francisco de Quevedo» de Madrid - ISSN 2341-1643

Sección CARPE VERBA

Carpe Verba

3.
Acerca de la Exposición de microrrelatos: «Entrenando la mirada: Imagen y escritura»

Olga Pérez Herrero

Olga Pérez Herrero (coord.)

Alumnos del taller de escritura creativa de adultos en la Biblioteca Municipal de Alpedrete durante el curso 2022-2023

La coordinadora (Madrid, 1973) es Licenciada en Derecho y realizó el Máster de Escritura Creativa en la Universidad Complutense. Actualmente está terminando su doctorado sobre la utilización del cuento maravilloso como herramienta de enseñanza-aprendizaje en los talleres de escritura creativa para adultos. Docente de talleres de escritura creativa y dinamizadora de lectura con jóvenes, niños y adultos en distintas bibliotecas públicas, desde 2016 compagina la creación literaria con la participación en distintos proyectos en colaboración con instituciones públicas, bibliotecas y colegios en forma de talleres de educación no formal relacionados con la Literatura y la escritura destinados a diferentes colectivos. En 2017 colaboró en un proyecto de creación de libros y de teatro con la Asociación Talismán y este año participa con el taller «Descubriendo a Marta Sanz» dentro de los programas que ofrece la Concejalía de Mujeres de Collado Villalba. En 2020 publicó su primera novela Nakoro y desde 2022 colabora con la Asociación APE Quevedo.

olgaperez54@gmail.com

 

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1. La exposición

Esta exposición recoge una selección de microrrelatos escritos por los alumnos del Taller de escritura creativa de adultos en la Biblioteca Municipal de Alpedrete durante el curso 2022-2023 a quienes se les propuso trabajar el microrrelato a partir de una imagen y cuyo resultado son estas microhistorias que nos ayudan a reflexionar acerca de la simbiosis imagen-texto en una época en la que nos bombardean con imágenes retocadas y donde las palabras son un codiciado algoritmo de manipulación.

El reto que se lanzó a los participantes consistía en narrar una historia con un máximo de cuarenta palabras a partir de una fotografía tomada con sus teléfonos móviles con el único requisito de que dichas fotografías fueran tomadas 'del natural' y sin adulterarse con filtros artificiales. 

Como actividad previa a la escritura se les pidió que leyeran La extrema brevedad: microrrelatos de una y dos líneas de David Lagmanovich, un texto que reflexiona acerca de este género literario preguntándose hasta dónde se puede forzar el lenguaje para narrar y que selecciona varios ejemplos de autores y autoras que han cultivado esta forma de contar historias. Dicha lectura sirvió para introducir a los alumnos las características del género, que se familiarizaran con este tipo de lectura y, finalmente, para debatir en distintas sesiones acerca de los límites de la narración.

Además de la brevedad, el microrrelato se nutre de otros elementos como la intertextualidad, el humor, la elipsis y el giro inesperado que conduce a un final sorpresivo y abierto que el lector puede completar. Entre estos elementos, el título juega un papel esencial pues completa y da sentido a la historia.

El microrrelato permite distintas interpretaciones y, en el caso concreto de esta propuesta, inicia un diálogo ininterrumpido entre quien fijó su mirada por primera vez tomando una fotografía, y aquellos que, a través de sus propias miradas, interpretan de nuevo esa imagen escribiendo una nueva historia provocando en el espectador-lector una sensación de bucle continuo donde su mirada-lectura termina de completar el significado de la obra final.

La propuesta, en definitiva, ponía el foco en la diversidad de las miradas para responder así a la siguiente pregunta: ¿Cuántas historias caben en una sola imagen?

El proceso creativo pasaba en primer lugar por observar la realidad cotidiana a la 'caza y captura' de esa imagen que les inspirara una historia y, posteriormente, poner en marcha el mecanismo narrativo adecuado para contarla en pocas palabras.

Cada alumno compartía su fotografía a través de un espacio virtual con el resto de participantes quienes a su vez tenían que escribir un microrrelato contando la historia que la fotografía del compañero les inspirara.

 

2. Ejemplo primero

 

Perfección (11 palabras)

Lo dibujó tan real que el monstruo despeñó al grafitero.

 

Tu Piel (26 palabras)

Llevabas en tu piel escrito todo cuanto habías sido, incluso todo lo que llegarías a ser. Ya no quedaba sitio para escribir nuestra historia.

 

Un lobo (31 palabras)

Aullaba en los campos las noches de luna llena, alguien asustado lo mató. Desde entonces su forma la muestran las rocas y su aullido se oye en lunas enteras.

 

Bella natura (25 palabras)

La magia de la naturaleza nos invita a explorar nuestra imaginación, y en ocasiones es como un espejo que refleja nuestra propia realidad.

 

El Lobo (28 palabras)

En aquellas piedras el lobo y yo nos contábamos la soledad de nuestros días, yo lloraba a la noche y él le aullaba a la luna.

 

Sin título (19 palabras)

Fuerte, la piedra caliza, pedernal, las raíces de sentirnos ligados a ella como algo que llena y que permanece.

 

Testigo (24 palabras)

Desde este emplazamiento sigo el devenir de los tiempos. Soy testigo de lo mejor y lo peor de la naturaleza humana. Estoy esperándote.

 

3. Ejemplo segundo

 

Infancia (22 palabras)

La niña deseaba los dulces del escaparate. Ahora puede comprarlos todos. No los quiere. No es el tiempo ni el lugar.

 

Tentación (48 palabras)

Julia mira el escaparate y piensa: «milhojas para desayunar, tejitas para acompañar el té, flor manchega para cenar…», el jugo resbala por la comisura de sus labios. Se disparan las alarmas ¿la glucosa, el peso? Su boca se seca mientras vuelve la esquina con las manos vacías.

 

La hormiga golosa (24 palabras)

No podía atacar todo el objetivo, era sólo una buscavidas. Tras una pequeña incursión en las milhojas, llamó a su banda.

 

A través (26 palabras)

Veo una tienda, veo un escaparate, veo una tarta, veo un pastel. Veo risas y alegrías, veo ilusión, veo vida. Todo es azúcar cristalizado.

 

Una pastelería moderna (40 palabras)

Después de anexionar los dos locales a cada lado, ampliar el personal, renovar los hornos, adaptar los accesos, instalar luces LED y comprar los asientos mejor acolchados, la mejor pastelería del pueblo siguió sirviendo un café malísimo.

 

Desenfreno (41 palabras)

Pega la cara al cristal, saliva delante de aquel escaparate que invita a la lujuria. Sus ojos desorbitados se atiborran de todos los manjares expuestos hasta quedar extenuada. Se limpia la baba, entra a pagar y se va al gimnasio.

 

Spain is different (27 palabras)

¿Tejas? ¿Pestiños? ¿Polvorones? A qué sabrá aquello. ¿Te has fijado que las pastelerías son un reducto inasequible a la globalización? Venga, hay que probarlos.

 

4. Ejemplo tercero

Sin título (38 palabras)

Sentada, sorprendida, boquiabierta, pensativa, veía como el tiempo se escapaba grano a grano por el reloj de arena que sostenía bajo su pecho desnudo, mientras las notas de un minueto de Mozart se deshojaban de un clavicordio lejano.

 

Grito (16 palabras)

Tengo que darle el pecho al niño. ¡Pinocho!: Te he dicho que vengas a comer.

 

Estatua (41 palabras)

Y me convirtieron en estatua, me gustó. Pensé que ya no tendría que trabajar, ni soportar más vejaciones, ni insultos, ni violaciones… Pero me engañaron de nuevo, no me dijeron que tendría que soportar sobre mi cabeza el peso del mundo.

 

La estatua (39 palabras)

Se sentía observada día y noche sintiendo siempre que la miraban para criticarla, y ella musitaba al ritmo de Rigoberta Bandini: «No sé porque dan tanto miedo nuestras tetas. Sin ellas no habría humanidad, ni habría belleza».

 

Angustia (23 palabras)

Es el grito que sale de su alma en la soledad de una habitación cuando la carga de sus emociones la agobian.

 

Sin título (12 palabras)

Infinita huella icónica de simbología imaginaria; tanto lustre para tan poca vida.

 

El castigo (28 palabras)

Le exigió más tiempo a Cronos. Y este, enfadado por su insolencia, la castigó a sostener la eternidad en sus manos mientras era convertida en piedra.

 

5. Montaje expositivo

La mayoría de los microrrelatos escogidos oscilan entre las 20 y las 40 palabras. Y, aunque encontramos algunos textos más extensos y otros que, rizando el rizo, nos proponen historias en menos de 20 palabras, en todos los microrrelatos se aprecia la búsqueda de concisión y el manejo de los distintos recursos narrativos al servicio de la historia.

Esta propuesta de escritura perseguía dos objetivos didácticos: entrenar la mirada, herramienta imprescindible para detectar las buenas historias que nos rodean a diario, ya que no hay historia pequeña sino ojos que no saben encontrarla. Y, en segundo lugar, trabajar la concisión, cualidad de todo buen texto que consiste en elegir cuidadosamente las palabras y los recursos literarios adecuados para escribir la historia que se quiere contar.

Algunos de estos textos nos invitan a la reflexión, otros nos sacan una sonrisa, muchos nos sorprenden y todos ellos son fruto del esfuerzo y el trabajo de escritoras y escritores con muchas ganas de superarse mejorando su escritura.

Finalmente, se les propuso que ellos mismos organizaran el material y lo colgaran dentro del espacio que sirve de aula durante el curso, la sala de prensa de la Biblioteca para, de esa manera, invitar a quien lo desee a continuar el diálogo creativo entre imagen-texto-lector-mundo.

Iniciativas como estas ponen de relieve la importancia de la colaboración entre los distintos agentes culturales para que la biblioteca pública recobre su papel fundamental como espacio de formación y acceso universal a la cultura porque a diferencia de lo que ocurre con el microrrelato, en cultura menos no es más.

 

5. Bibliografía

  • LAGMANOVICH, David (2006). «La extrema brevedad: microrrelatos de una y dos líneas». Espéculo. Revista de estudios literarios, n.º 32. Universidad Complutense de Madrid. En Dialnet.

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