Letra 15. Revista digital
Revista digital de la Asociación de Profesores de Español «Francisco de Quevedo» de Madrid - ISSN 2341-1643

Sección GALERÍA

Capiteles

Alfonso de la Fuente Guerrero

Alfonso de la Fuente Guerrero

 

Nace en Zamora en 1961. En el bachillerato se le despertó el interés por el dibujo técnico y los estilos arquitectónicos. Cursó los estudios de delineación que «me sirvieron» para cumplir el servicio militar en el Servicio Geográfico del Ejército. Prejubilado de banca desde enero de 2017. Mi interés se centra un poco en la fotografía y sobre todo en el cicloturismo. Me encanta hacer rutas de varios días con las alforjas.

alfonsodelafuenteg@gmail.com

 

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1. Bicicleta, románico y capiteles

Por Pedro Hilario Silva

Del autor de la Galería de este número, Alfonso de la Fuente Guerrero, hemos de decir que, más allá del gusto por el arte o la fotografía, está hoy con nosotros debido a su interés por el deporte. Desde muy pequeño, experimentó una inequívoca atracción por la actividad física. Aunque en sus inicios fue el baloncesto el que atrajo plenamente su atención, una lesión le apartó de ese camino y siguiendo consejos de su médico (quien suponemos se haría eco de eso que dicen: lo que gastas en tu bicicleta lo ahorras en salud), cambió el balón por el sillín y las ruedas de un velocípedo. Pronto descubrió que, como la literatura, el ciclismo tiene la ventaja de la individualidad. Al igual que el escritor no necesita nada más que a sí mismo, un bolígrafo y una hoja de papel para poner en práctica su afición ─que lo haga bien o mal, eso ya es otra cosa─, el ciclismo solo necesita de uno mismo y de una bicicleta. No obstante, si bien es cierto que ninguna de ambas actividades requiere de obligado acompañamiento, pronto comprendió que compartir, no carreras, si no caminos, podía ser un complemento esencial de la experiencia, y se embarcó casi de inicio en una aventura ciclista colectiva: recorrer pedaleando, junto a unos amigos, el Camino de Santiago. Esta primera experiencia resultó, todo hay que decirlo, poco grata, no como consecuencia de la compañía, sino de una desagradable gastroenteritis, que le obligó a abandonar la empresa. Sin embargo, lejos de renunciar, como al parecer suele ser lo habitual ante una mala experiencia en estos quehaceres, Alfonso, que es de esos que tiene asumido que el rival más fuerte está en tu cabeza y que, como decía el gran Alberto Contador: «querer es poder», repitió, y desde ahí todo fue rodado.

Años son ya recorriendo caminos, veredas, ramales y trochas, y, si se tercia, carreteras nacionales; años desgastando cubiertas, minando bujes y rompiendo cadenas mientras acumula kilómetros y recuerdos, y claro está, haciendo fotos, que siempre ha sido de talento generoso y cómo iba a resistirse a compartir, pudiendo hacerlo, tanta cosa hermosa como se cruzaba continuamente a lo largo de sus recorridos. Y así llegamos al motivo y razón de nuestra Galería: los capiteles. Es cierto que paisajes, gentes, edificios de toda índole, han ido configurando álbumes surgidos de cada viaje por esos territorios de Dios, pero también es cierto que pocos de estos elementos presentan, en la cámara de nuestro viajero, la constancia de esas piezas arquitectónica verticales. Podríamos pensar que este interés surge de un impulso inconsciente, sin más, o del hecho de que esta tierra nuestra es dada a la presencia de edificios sacros; empero no es este el caso y hemos de decir que la causa de tal recurrencia viene de lejos, de años atrás cuando, vaya usted a saber por qué, las explicaciones sobre órdenes arquitectónicos impartidas en el colegio despertaron una inexplicable atracción en el Alfonso niño, una atracción que se vio reforzada por la sorpresa cotidiana que suponía encontrar un reflejo de esas explicaciones en la colección de impagables ejemplos repartidos por las más de catorce iglesias que llenaban, y llenan, de románico las calles del casco antiguo de la ciudad en la que vivía, y vive, Zamora. Si a esto sumamos la enorme variedad temática que caracteriza estas pequeñas joyas labradas en piedra: bestiarios, motivos vegetales o geométricos, escenas de la vida de Jesús, pasajes bíblicos; un universo de motivos que parece no tener fin y que además participa de una singularidad asombrosa, hasta el punto de que por más que reproduzcan realidades o historias similares, no hay un capitel igual a otro, todo está dicho. Aquella fascinación del niño, se vuelve en cada viaje indagación, búsqueda, descubrimiento, captación, a veces programada y a veces inesperada, de realidades que van jalonando sus continuos desplazamientos por esa geografía física, pero también, emocional, de nuestra tierra. Una atracción que, como sabe bien Helena, su mujer, se ha vuelto expansiva y ha acabado proyectándose en la necesidad de que aquellos a los que quiere disfruten, más allá de las imágenes, de la presencia de lo hallado en las rutas realizadas; y así no es raro que nuestro ciclista, sirviéndose de otros medios de transporte más convencionales, duplique viajes, e instantáneas, con seres queridos para ver lo visto.

Alguien dijo que era posible que nada nos definiera mejor que nuestros gustos. En cierto modo, sean los que sean, nuestros gustos representan, en gran parte, nuestra identidad, por eso la decisión de hacer fotografías a esas molduras que coronan los fustes de tantas columnas nos habla mejor que muchas otras cosas de quién la toma; esos capiteles labrados que, Alfonso, incansable fotógrafo de las cosas hermosas, recoge en sus viajes, nos hablan de alguien curioso, detallista, indagador, oficioso, oportuno, de alguien dadivoso que sabe que, al emprender un viaje, hay que dejar el reloj en casa, si queremos ofrecer al final los mejores recuerdos.

 

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2. Serie Capiteles

Música para acompañar las imágenes, interpretada por Jesús Manuel Chillón.

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1. Iglesia de Santiago el Burgo (Zamora): Hombre atacando a un ave.

 

2. San Martín de Fromista (Palencia): Decoración de animales.

 

3. Claustro Colegiata de Santa Juliana (Santillana del M, Ccantabria): Descendimiento de la cruz.

 

4. Medina Azahara (Córdoba).

 

5. Iglesia de Santa María Magdalena (Zamora): Seres mitológicos.

 

6. Iglesia de San Cipriano (Zamora).

 

7. La Sagrada Familia (Barcelona).

 

8. Templete interior del Monasterio de San Juan de Duero (Soria): Degollación de san Juan Bautista.

 

9. San Pedro de La Nave (El Campillo, Zamora): Daniel en el foso de los leones.

 

10. San Pedro de la Rúa (Estella, Navarra): Arpías o sirenas besándose.

 

11. Ermita de Santa María de Eunate - Murubábal (Navarra): Máscaras.

 

12. Iglesia de Santa Celicia - Aguilar de Campoo (Palencia): La matanza de los inocentes.

 

13. Ábside de la Colegiata de Santa Juliana (Santillana del Mar, Cantabria).

 

14. Claustro de la Colegiata de Santa Juliana (Santillana del Mar, Cantabria).

 

15. Claustro del Monasterio de San Juan de Duero (Soria): Criaturas fantásticas.

 

16. Universidad Laboral de Gijon (Asturias).

 

17. Catedral de Oporto (Portugal).

 

18. Sinagoga de Santa María la Blanca (Toledo).

 

19. Monasterio de San Juan de la Peña (Jaca, Huesca): Entrada de Jesús en Jerusalén.

 

20. Patio de los Leones (La Alhambra, Granada).

 

El autor: cicloturista fotógrafo

 

El autor junto a la iglesia de San Pedro de la Nave (Zamora).

 

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