Letra 15. Revista digital
Revista digital de la Asociación de Profesores de Español «Francisco de Quevedo» de Madrid - ISSN 2341-1643

Sección TECNOLOGÍAS

Sacad los móviles, vamos a leer

Parte 6 de 7

3. Postfacio

3.1. Conclusiones

Los terminales móviles pueden ser recursos educativos de primer orden si se comprenden sus posibilidades técnicas y se investigan procedimientos prácticos de llevarlas a cabo, directamente útiles para profesores y estudiantes. En particular, la aplicación de estas innovaciones al campo de la lectura y escritura digitales, sustento principal de la mayor parte de los estudios escolares, provoca resultados sencillamente deslumbrantes.

En época de tribulación y recortes, usar los móviles inteligentes en la enseñanza representa un salto hacia adelante, para reconciliarse con los tiempos, en vez de quedarse atrás, lamentándose por lo que no ha de volver. Leamos con lo que tenemos y editemos digitalmente sin apenas gasto para que se pueda leer sin parar.

Seamos arrojados y perdamos el miedo, desoigamos a los asustadores y demás partidarios de la Internetfobia (CASTELLS, 2013) y propugnemos con nuestro ejemplo la maduración de lectores sociales 2.0., hasta crear suficiente masa crítica.

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3.2. Requisitos de las prácticas de lectura y escritura digitales y explicación sobre la elaboración de este artículo, con una confesión

Las prácticas concretas que se describen en este artículo requieren móviles inteligentes con sistema operativo Android, con memoria suficiente para instalación de aplicaciones, así como conexión wifi y, si fuera posible, también con tarifa de datos, para poder conectarse donde no exista la otra opción.

En concreto, se han utilizado los modelos Samsung Galaxy SIII, Samsung Galaxy SII, Sony Xperia U y Galaxy Mini. Aplicaciones para Android imprescindibles: CoolReader, ColorDict, Diccionario de la RAE, WhatsApp, Gmail, ES Explorador de archivos, BarcodeScanner y navegador de Internet. Otras aplicaciones necesarias: Sinónimos, Google Drive, Dropbox, Evernote, Tuenti, Facebook, Twitter. Otros archivos necesarios: libros electrónicos del Quijote y Novelas ejemplares de Cervantes; varias fuentes tipográficas; diccionarios estandarizados tipo .dict. Estos archivos están disponibles en el blog lectodigitantes.

Existen muchas posibilidades alternativas, con aplicaciones similares, tanto en Android -como las estupendas FBReader o Google Play Books-, como en otros sistemas operativos, como iBooks para iOS, pero no siempre tienen las ventajas propias de los sistemas abiertos.

Por su parte, el centro docente debe aportar una conexión wifi para uso general, tanto con el fin de navegar por Internet y subir y bajar archivos al aula virtual o usar el correo electrónico o WhatsApp, como para dar acceso a unidades de red, donde se almacenen archivos de interés común (repositorio de clase, para fuentes, libros electrónicos, aplicaciones...) que puedan ser copiados al terminal móvil o viceversa, mediante, por ejemplo, ES Explorador.

Fuera del aula, existe tanto la posibilidad de trabajar fuera de línea, como se practica en Toledo, o de conectarse, bien a la zona wifi del móvil del profesor (en La Pedriza) o utilizar la tarifa personal de datos, que es lo que hacen los chicos en las salidas para sus cosas.

Este artículo tiene su origen en la intervención, inédita, titulada «Presente y futuro del libro» en la I Convención FASPE, celebrada el 2 y 3 de julio de 2012, en el Instituto Beatriz Galindo de Madrid. Se ha redactado entre mayo y agosto de 2013 utilizando varios archivos digitales con formato .gdoc de Google Drive, modificándolos en línea en la nube desde un móvil inteligente con Android 4.1.2, una tableta Nexus 7 y desde diversos ordenadores PC con sistema operativo Windows XP.

Las ilustraciones proceden de pantallazos realizados con los propios móviles de los autores y de fotos realizadas con los mismos, en formatos PNG y JPG. El tamaño de reproducción varía, lógicamente, dependiendo del soporte de lectura o del tipo de pantalla en los que se muestren: para facilitar las comparaciones se indican en el Prefacio tanto los tamaños reales de las pantallas de los móviles, en centímetros de altura (6,4; 7,7 y 10,7 cm) y pulgadas en diagonal (3,14", 3,5" y 4,8") como las resoluciones en píxeles (320 x 240, 854 x 480 y 1280 x 720 px). Las pantallas de los móviles son pequeñas por comparación con otros soportes de lectura (aunque los libros de bolsillo tienen unos 14 cm de altura de la caja de texto), pero no lo son tanto que su pequeñez no pueda quedar compensada con creces por las posibilidades avanzadas que ofrecen los dispositivos inteligentes.

Para las prácticas de lectura y escritura dramatizadas se han utilizado las mismas aplicaciones citadas en los párrafos anteriores, además de Google Keep para toma de notas rápidas sin necesidad de conexión.

Hemos de confesarte, lector, que la obra inmortal de Cervantes, que tiene mil rostros, se fue apoderando poco a poco de las nuevas tecnologías hasta devorarlas y ponerlas a su servicio: don Quijote habría disfrutado de leerse en pantalla y de sentirse estudiado y admirado por estudiantes de Secundaria que saltan por las líneas de sus aventuras mediante hipertexto. El temperamento cervantino ha impregnado de guiños nuestro texto, en clara complicidad y resonancia con los originales.

En fin, que nos hemos divertido mucho investigando la gran obra maestra y confiamos en que el lector se contagie de ello.

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3.3. Aclaraciones a los textos y referencias

Las referencias que se citan en el texto se detallan en el apartado del mismo nombre, más adelante.

3.3.1. Aclaraciones al Prefacio

  • El Decreto 15/2007, de 19 de abril, del Consejo de Gobierno, por el que se establece el marco regulador de la convivencia en los centros docentes de la Comunidad de Madrid (BOCM de 25 de abril de 2007), que es el fundamento para los reglamentos de régimen interior de los centros educativos, establece en su artículo 3.4 que «Será el propio centro escolar quien, en el ejercicio de la autonomía que le confiere la Ley vigente y de acuerdo con las características de su alumnado, establezca sus Normas de Conducta propias, teniendo en cuenta que estas tendrán que contemplar, al menos, las siguientes obligaciones por parte de los alumnos: […] c) El mantenimiento de una actitud correcta en clase, no permitiéndose el uso de móviles, otros dispositivos electrónicos o cualquier objeto que pueda distraer al propio alumno o a sus compañeros».
  • LUCÍA, J. M. (2013). Noticia procedente de su intervención en la Mesa Redonda: leer y escribir en la Red, en Encuentro Profesional. Nuevas Lecturas, Nuevas Bibliotecas, Feria del Libro del Retiro de Madrid, 7 de junio de 2013. La obra fundamental de este autor, por otra parte una autoridad en estudios cervantinos, es Elogio del texto digital.
  • Ley 10/2007, de 22 de junio, de la lectura, del libro y de las bibliotecas.
  • Ley 23/2011, de 29 de julio, de depósito legal.

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3.3.2. Aclaraciones a la Escena primera.
En el aula: el Patio de Monipodio y los pícaros adolescentes

  • Esta dramatización en cuatro escenas ficticias se fundamenta en la experiencia sobre el tema que los autores han ido adquiriendo fuera del aula en lo que se refiere al uso de los terminales y, cómo no, a las experiencias realizadas dentro del aula, en las clases de Lengua y Literatura e Historia y Ciencias Sociales, en lo que respecta a las técnicas pedagógicas y ejercicios propuestos. Los diálogos son deliberadamente esquemáticos y son únicamente un marco en el que exponer los puntos de vista, imaginarios, pero cuidadosamente verosímiles. El lenguaje coloquial no está a la última, con la finalidad de que los adultos se enteren mejor, sin necesidad de constantes notas al pie.
  • Cada vez más centros docentes disponen de conexión wifi como recurso escolar con una finalidad educativa para las actividades de cada día. En algunos son conexiones abiertas y en otros están protegidas con contraseñas. La conexión también puede ser puntual, para las descargas más importantes, y luego funcionar perfectamente fuera de línea. A falta de wifi, siempre queda el uso de la tarifa de datos propia, que está generalizada pero supone que el coste lo sufra el usuario. Fuera del aula es posible desde un terminal (por ejemplo, del profesor o del centro) crear un punto de conexión o zona wifi que puede ser aprovechado por los alumnos sin gasto de datos para ellos. La tendencia irrefrenable es, no obstante, la de estar siempre conectados y con la mejor calidad posible.
  • CoolReader o la aplicación lectora que tenga: en Android también existen otras aplicaciones lectoras, como FBReader, Kindle para Android, Google Play Books... Otros sistemas operativos también disponen de aplicaciones para lectura digital, como iBooks para iOS. Algunas aplicaciones, como CoolReader o FBReader, son multiplataforma y tienen versiones adaptadas a cada sistema operativo, no solo de terminales móviles sino también de ordenadores personales. Suelen ser software libre, con licencias abiertas. Como se señala en el diálogo, se puede consultar la configuración básica de la aplicación para leer en español en el blog lectodigitantes.
  • Formatos de archivo de libro electrónico ebook: epub (electronic publication, el estándar, complejo, favorito de la industria editorial), fb2 (fiction book, estándar sencillo difundido por lectores digitales), mobi (propio del ecosistema Amazon-Kindle). Todos estos formatos ofrecen textos líquidos.
  • Dirección URL de la biblioteca digital: dirección de la web de la biblioteca que el navegador es capaz de reconocer, suele ofrecer descargas en varios formatos, para cubrir toda la demanda de lectura. Algunas también permiten lectura en línea en el navegador, sin descarga local. Otras, no permiten descargas de obras completas. El Quijote en el Project Gutenberg. El Quijote interactivo de la Biblioteca Nacional de España, que permite leer tanto el facsímil como la transcripción. La Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes ofrece también una lectura de los facsímiles de las diferentes ediciones (la primera de 1605) y de las transcripciones. Por fin, hay ediciones digitales del Quijote en formato epub o fb2, que se pueden cargar en el terminal móvil para lectura fuera de línea, como las que se usan en este artículo y están en el repositorio de la clase y en el blog.
  • CoolReader abierto, pulsa en el centro de la pantalla: la pantalla capacitiva reacciona no a la presión, sino al contacto de la piel de la yema del dedo, que posee una pequeña diferencia de carga eléctrica con respecto a la pantalla. No sirve de nada pinchar sobre ellas ni se puede hacer clic sin un ratón. Las pantallas reconocen muchos tipos de toques o caricias distintos, lo que es muy amigable, y solo estamos al principio del uso de esas interfaces y del aumento del repertorio de gestos para comunicar con ellas.
  • Tamaño de letra y paginación: en la lectura digital, el lector puede variar a su antojo el tamaño de la letra o fuente, buscando la comodidad y la legibilidad. Ello hace que varíe el número de página -en sentido estricto son pantallas, no páginas- en la que se encuentra y el número total de ellas que tiene la obra. En la lectura impresa, la letra grande suele ser más cara, y con la pequeña no queda otro remedio que acercar el volumen a los ojos, usar una lupa o descartarla para siempre, como hacen muchos cuando les viene la vista cansada. Para la gente pequeña, la gente mayor y los lectores poco frecuentes la letra grande es un requisito casi imprescindible para seguir leyendo. Entramos en la edad de oro de la letra con cuerpo grande a medida.
  • Tamaño de la pantalla. El texto digital fluyente y líquido se remaqueta y se ajusta a la pantalla, sea su tamaño físico de 3, 4, 5 pulgadas en teléfonos móviles o de 7, 8 ó 10 pulgadas en tabletas, por citar los tamaños más frecuentes hoy día. En una pantalla de móvil de 4,8 pulgadas caben siete, ocho o nueve palabras en una línea (se comprueba en el Galaxy III), mientras que en una pantalla de 3,2 pulgadas caben cinco o seis (Galaxy Mini) a un tamaño de fuente cómodo.
  • Repositorio web de la clase. Este repositorio o almacén digital puede ser accesible tanto en la red del centro (usando la aplicación ES Explorador, por ejemplo, accediendo sin cable a carpetas compartidas) como ser un almacén en la nube. EducaMadrid, y otras iniciativas análogas en otras Comunidades Autónomas, ofrece a estudiantes y profesores el uso de un aulavirtual, en una plataforma Moodle: un ejemplo de uso es cuando el profesor remite un correo electrónico a los alumnos indicando un enlace (link) al aula virtual, donde previamente ha subido el contenido. Los estudiantes al hacer clic en el enlace saltan a la plataforma y tras introducir la contraseña de alumno del curso, acceden al contenido, un archivo, un texto, un mapa o imagen, unos problemas de Matemáticas. Tiene la ventaja de que se puede acceder desde cualquier sitio con conexión, desde casa también.
  • Las diferencias tipográficas. Los editores en papel escogen las tipografías que disfrutan los lectores, pero ahora los lectores humanos digitales pueden elegirlas y escoger cómo leer. Para elegir se necesita formar la sensibilidad, y la respuesta es la educación. Como los lectores humanos suelen ser también autores, los problemas tipográficos se presentan enseguida y el gusto se va formando a base de tomar decisiones. Las aplicaciones lectoras no suelen traer muchas fuentes, pero no es difícil activar otras añadidas, como se observa con la copia de la carpeta /fonts. El lector digital exigente no se contenta con lo primero que le dan. Otra cosa es que los editores digitales tienen unos problemas diferentes añadidos a los de sus compañeros de papel: los lectores desobedientes que cambian la configuración original (estilos) del archivo a su conveniencia. Una pesadilla y a la vez una oportunidad. Los editores digitales todavía están en los comienzos (fincipios) de comprender la auténtica naturaleza del nuevo tipo de edición, y el peso de la herencia de la maquetación impresa lo impregna todo todavía.
  • Diccionarios para CoolReader, por ejemplo ColorDict. En la aplicación lectora se puede activar la conexión a una aplicación de diccionarios, que utiliza la carpeta /dictdata para contener los diccionarios finales, archivos que tienen la extensión .dict, .idx y otras. Hay que poner en ella los archivos para que puedan ser leídos por ColorDict desde CoolReader. Amén de los diccionarios compatibles que se pueden descargar desde Google Play existen otros muchos elaborados de forma particular, a base de compilar y combinar diferentes informaciones. Un ejemplo es el diccionario miniRAE de norishen en formato .sdict. Lamentablemente la RAE no tiene una versión propia de su Diccionario en formato compatible para que pueda ser consultado fuera de línea en un móvil, únicamente es posible la consulta en línea. Sería verdaderamente importante que la Academia editara uno digital, estandarizado, y gratuito, para fomentar el español en todo el mundo y que estuviera disponible en todos los terminales móviles. Sería una buena conmemoración de sus 300 años de existencia, con ocasión del simposio internacional Los diccionarios en la era digital que se celebrará este año.
  • Pantallazos (screenshots) o capturas de la pantalla del móvil: son imprescindibles como recurso didáctico y como ilustración en ediciones digitales. Además de la función anterior, la cámara de los móviles puede ser otro potente instrumento para la lectura y la escritura digitales: existen aplicaciones que escanean la imagen tomada, pasándole un programa de OCR (reconocimiento óptico de caracteres) que la convierte en texto electrónico buscable y modificable. Goggles compara la imagen fotografiada con la inmensa base de datos de imágenes y textual de Google, ofreciendo resultados sugestivos.
  • Exportar marcadores. El archivo de texto creado, en formato .txt es modificable por cualquier procesador de textos, por lo que es fácil reutilizar sus contenidos si se necesitara. Es de la mayor importancia hacer mucho con poco: es decir, poder acopiar textos de interés sin necesidad de escribirlos, y luego poder reutilizarlos, disminuyendo hasta lo ínfimo las posibilidades de error. Si a los datos se añaden los metadatos (autor y títulos de la obras y del capítulo), miel sobre hojuelas. Al terminar la lectura completa de una obra, es recomendable exportar los marcadores, para que la información se guarde de forma permanente y accesible, en un archivo .bmk.txt junto con el archivo del libro.
  • El número de pulsaciones necesario para realizar una acción digital es un indicador de facilidad y comodidad, que puede marcar la diferencia, para el usuario lector, entre realizar o no la acción, como la consulta del diccionario, en la que se puede resolver una búsqueda en tres pulsaciones y continuar la lectura si se hace fuera de línea mientras que ocupa doce o más pulsaciones si lo que se consulta es en línea. Conseguir esa facilidad es algo crítico en el entorno educativo. Hay que hablar de soluciones con los desarrolladores y transmitirles nuestras necesidades. Aunque la clave futura se halla en la escritura y los teclados predictivos, cuando estén bien enlazados con los diccionarios.

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3.3.3. Aclaraciones a la Escena segunda.
En el Cancho de los Muertos en La Pedriza: la cueva de Montesinos y la literatura fantástica

  • Redactar comentarios a los marcadores. Es un ejemplo de escritura digital, básica y mínima, que puede servir para varias finalidades. Una, la de sustituir el término seleccionado (y desconocido) por una acepción más familiar, o un sinónimo o, si se quisiera, un antónimo. Depende de las aplicaciones de diccionario que se utilicen. Otra posibilidad es asociar el texto seleccionado con un nuevo texto escrito que responde a una cuestión planteada o a una incógnita a resolver: permite confirmar una relación con el texto marcado y es un indicador rápido del nivel de comprensión que se ha alcanzado en la lectura.
  • Sinónimos y antónimos. Las aplicaciones gratuitas de este tipo tienen que mejorar mucho, ya que a día de hoy o no permiten el hipertexto interior o no disponen de versión fuera de línea.
  • Dropbox y la nube. Esta aplicación gratuita es la veterana para almacenamiento de archivos en la nube, que pueden organizarse además en carpetas compartidas con otros usuarios. Google Drive, SkyDrive ofrecen prestaciones semejantes hoy día, enormemente útiles, ya que posibilitan el acceso al mismo archivo desde diferentes plataformas: móvil, tableta, ordenador PC, sean propios o compartidos, como podría hacer un grupo de clase.
  • Entrevista guardada en el móvil. Aplicaciones como Pocket permiten guardar para más tarde la lectura de algo de interés que hemos localizado y no podemos leer en ese momento. Los navegadores y diversos lectores de noticias, tanto en Android como en Windows y otras plataformas permiten compartir el texto enviándolo a Pocket, que los guarda en la nube, aunque también se pueden leer fuera de línea cuando se dispone de un ratillo.
  • Lectura digital en voz alta. Escuchar es otra forma de leer, más antigua todavía que la escritura. En su manifestación digital está en los comienzos, ya que conseguir timbres y entonaciones naturales de voz no es fácil, pero algunas sorprenden. Tiene especial interés para la lectura escuchada de textos literarios en otros idiomas. Cosa diferente son los audiolibros, que son audios grabados con voces naturales.
  • Envío de archivo anexo por correo electrónico. El correo electrónico es una de las maneras que tiene el profesor de recopilar trabajos de los alumnos sobre lectura digital, como en el ejemplo con archivos individuales con marcadores y sus comentarios en respuesta a una lista de diez cuestiones. Hay muchas otras posibilidades, que se examinan más adelante, basadas normalmente en la opción de compartir. Los estudiantes escriben poco con este sistema pero deben pensar mucho y pueden abarcar bastante, leyendo textos relativamente grandes, y concentrarse en lo fundamental.

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3.3.4. Aclaraciones a la Escena tercera.
En Toledo: los autores del Quijote y la geología literaria

  • Búsqueda de los términos «Manuel Mujica Laínez» y «Hombre de Palo» en Google Libros. [En línea] Consultado 9/06/2013.
  • Búsqueda en Google Maps de la «Plaza de las Cuatro Calles» en «Toledo». [En línea] Consultado 9/06/2013.
  • Geología literaria. La Comunidad de Madrid inició en 2005 una serie de guías culturales dentro de la colección Biblioteca de Bolsillo de Madrid que contenían rutas literarias para recorrer Madrid de la mano de algunos grandes autores, de las que se publicaron inicialmente tres: Guía del Madrid barojiano, Guía del Madrid de Juan Ramón Jiménez y Guía del Madrid galdosiano (2ª edición). En publicación se encuentran Guía del Madrid de Ortega y Guía del Madrid romántico. Se pueden visitar los lugares donde los escritores localizan sus textos y leerlos allí mismo. En ocasiones, como ocurre con la Puerta del Sol, el sitio tiene un enorme espesor literario, que se remonta varios siglos y que este tipo de publicaciones ayudan a reconocer y valorar. Es el motivo temático del paseante simbólico.
  • Código QR. La campaña «Codifica Madrid» es imaginaria pero verosímil. ¡Qué maravilla poder ir por los sitios y leer los códigos señalados, que te presentan textos literarios o históricos que se pueden leer directamente en el terminal móvil y, si se quiere, almacenar o compartir! La realidad aumentada, con aplicaciones específicas, va en la misma dirección. Lo más interesante es que es una forma singular de lectura digital, otra más.
  • Investigar leyendo. La búsqueda de términos o palabras clave permite una lectura rápida y concentrada en lo que interesa, y no es difícil recomponer el contexto ampliándola a los párrafos adyacentes. El lector obtiene resultados comprensivos enseguida, aunque es una lectura fragmentaria. Nada sustituye a la lectura lenta y detallada, pero no siempre es posible, como saben los navegantes de Internet y todos los profesores. Cabe la posibilidad de que el aperitivo abra el apetito por la obra completa.

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3.3.5. Aclaraciones a la Escena cuarta.
En el aula. Puesta en común de los resultados de la investigación

  • Lectura en voz alta de párrafos seleccionados. Esta técnica didáctica para el trabajo en equipo tiene diversas ventajas si se la relaciona con la lectura digital: la participación y las aportaciones de los lectores, que tienen anotados los resultados de sus pesquisas y los pueden exponer a los demás; el estímulo de la creatividad en una tarea abierta que puede discurrir por muchos caminos y que es una experiencia que introduce en la investigación documental con un grado razonable de dificultad. Por último, que el motivo central de las actividades sea una obra literaria universal que todos creen conocer y de la que sin embargo se desconoce tanto, hace que su redescubrimiento se preciba como un tesoro perteneciente a todos, parte del procomún, y a Cervantes como a uno de los nuestros. Nos pareció que el tema de los autores ficticios del Quijote era un excelente punto de entrada en las interioridades de la obra, complejo pero gozoso.
  • La opción de Compartir es uno de los grandes descubrimientos de estas prácticas lectoras, ya que interconecta unas cosas con otras con unas pocas pulsaciones, como cadáveres exquisitos. Está en sus comienzos, pero tiene un futuro prometedor, y es un paso hacia la interconexión de los textos y la creación de verdaderos libros interconectados, hiperenlazados con otros, como una Wikipedia de obras de ficción más gigantesca aún. Las redes sociales se sustentan en intrincadas conexiones entre personas y aficiones.
  • Los investigadores digitales utilizan para sus estudios diversas técnicas que los estudiantes pueden practicar con sus terminales móviles, recopilando y ordenando documentación digital. El uso de Dropbox, Google Drive, Evernote o Keep está perfectamente al alcance de un estudiante interesado. Requiere habilidades digitales básicas de partida para utilizarlas, pero su uso las potencia todavía más, de forma exponencial. Ello incluye la lectura, pero sobre todo la escritura, que es la expresión más personal, tema que trataremos en un nuevo artículo, segunda parte de este.
  • Tareas escolares. Hemos leído y recopilado textos, los hemos analizado y discutido... pero al final hay que redactar, escribir. 1000 palabras son tres páginas, y los procesadores de textos las cuentan automáticamente, pero no las escriben por sí solos, hay que teclearlas o dictarlas.

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