Letra 15. Revista digital
Revista digital de la Asociación de Profesores de Español «Francisco de Quevedo» de Madrid - ISSN 2341-1643

1.
Cuatro poemas

Jesús Diéguez García

Jesús Diéguez García

El autor, licenciado en Filología Románica por la Universidad de Salamanca y en Ciencias de la Educación por la UNED, ha ejercido la docencia en diferentes institutos. Es autor de libros de su especialidad, tres de ellos definidos como antologías noveladas, además de algunos infantiles y otros poéticos.

Los cuatro poemas que reproducimos pertenecen a su último libro (puede verse la reseña en este mismo número) titulado: Últimos poemas utópicos.

1.1. Evolución

Las familias de nuestros abuelos

se entretenían con la radio

y el cine en blanco y negro.

Engendraron familias numerosas.

 

La familia de nuestros padres

convivió con la televisión,

con sus sueldos hicieron planes

y solo buscaron la parejita.

 

Nuestros hijos están

enganchados a internet

la Humanidad ¿qué futuro tendrá?

Ciertamente: nada es eterno.

 

Aunque quizá ellos descubran

cómo mejorar sus y nuestras vidas.

Disipad mis dudas:

¿es posible la utopía?

 

1.2. Contrarios

La mano

acaricia o golpea,

crea arte o lo destroza,

sana o aprieta el gatillo.

 

Los pies

bailan y saltan o dan patadas,

aceleran o se frenan.

 

Los ojos

contemplan la belleza,

se agrandan por el horror o la sorpresa,

se iluminan o se inundan de lágrimas.

 

La nariz

olfatea la calidez o la podredumbre,

aspira aromas o expulsa mocos.

 

La boca

besa o muerde,

sorbe o escupe.

enmudece o grita,

expone la verdad o la mentira.

 

En el cerebro y el corazón

se fraguan el odio y el amor.

Para un mundo mejor

¿tan difícil es elegir entre los opuestos?

 

1.3. Dos sonetos

En un tiempo lejano, muy lejano

se eliminará toda diferencia

y se remediará cualquier dolencia

de niñoadolescenteadultoanciano.

 

En un tiempo futuro, muy futuro

la justicia será justa y gratuita

hacia el campo emigrará el urbanita

buscando algún paisaje más seguro.

 

Los caminos se allanan y se asfaltan,

todos comerán pan y será tierno;

la unidad y variedad nos asaltan.

 

Los valores tendrán valor eterno

si en la Naturaleza nunca faltan

primaveraveranootoñoinvierno.

 

***

 

De versos blancos es este soneto

que mantienen el número de sílabas

aunque evitan la rima que aprisiona

las palabras más bellas que pronuncio.

 

Sobre el blanco se imprime la escritura

con tachones, borrones, correcciones,

mil veces rebuscando aquella frase

que deje satisfecho nuestro ego.

 

Un soneto es estrofa inmejorable

que puede contener la visión limpia

de escandalosos silencios y vorágine

 

de nuestra sociedad tan imperfecta

aunque puede que cambie en el futuro

si la Humanidad tiene fe en sí misma.

 

 

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2.
Haikus

Antonio Martín Cepero

Antonio Martín Cepero

 

Antonio Martín Cepero nace el 3 de agosto de 1957 en Madrid, España. Doctor en Ciencia de la Información por la UCM y cursó Filología Hispánica también en la UCM. Ha publicado libros de poesía: Leve instante del alba (1988), Buraco del sueño (2011), El aire de tu vuelo (2014), En prenda de la vida mía (2015), El silencio de las sombras y La Habana dulce son (2016), La invalidez de la ausencia (2017) y La invisibilidad perceptible (2018). Algunos de sus poemas han sido también editados en antologías poéticas.

 

 

I

La lluvia calma

la sequedad del aire

en los caminos.

II

Tiembla amapa

este seco otoño

roba tu rubor.

III

Aguas de junio

despejan el barrizal

feliz croada.

IV

Frío desaire

despojas a las piedras

de su silencio.

V

Aires vernales

arrastran al invierno

lejos del sueño.

VI

Muerte olvida

el desaire del viento

cuando recuerdes.

VII

El blanco cielo

desparrama augurios

de prosperidad.

VIII

Huye la sombra

libre ya del recuerdo

que la persigue.

IX

El amanecer

encarnecido vela

la incierta luz.

X

Brota con pudor

la ipomea presa

de su timidez.

XI

Caen las hojas

y sin desesperarse

sellan la tierra.

XII

Breve sonido

arrastras al silencio

al desespero.

XIII

Viento otoñal

serenarás frágiles

voces heridas.

XIV

Derrite rosa

la enquistada frialdad

del anochecer.

XV

Observa señor

al inmenso desierto

escuchar tu voz.

XVI

Granos caídos

traéis las golondrinas

en rebatiñas.

XVII

Amenazante

la mantis ignorará

tu orante voz.

XVIII

Nada importa

el gato enterrará

tu gris pasado.

XIX

Mitiga dolor

la cadencia sonora

que nos encanta.

XX

Azota cierzo

que las grullas aguantan

tu desespero.

XXI

Un infinito

manto blanco recubre

baldía tierra.

XXII

Ruiseñor vuelas

raso entre los sauces

libre de sueños.

XXIII

Vieja silueta

envaneces los sueños

en tonos sepias.

XXIV

Diletante voz

prendida de lágrimas

alzas su candor.

XXV

Desde la sombra

acechantes vigilan

ojos de gatos.

XXVI

Desaparecen

en los yermos páramos

ausentes sombras.

XXVII

Vía láctea

bañas de cenicienta

luz la negrura.

XXVIII

Árido viento

dibujas perplejidad

en la pradera.

XXIX

Llegas otoño

impregnado de carmín

tiemblan las hojas.

XXX

Un cuco canta

en las trémulas ramas

del viejo roble.

XXXI

La libélula

muestra al crisantemo

su jovialidad.

XXXII

Vetusto templo

aromas de sándalo

visten tu aire.

XXXIII

Lluvia arrancas

al espantapájaros

velos de bambú.

XXXIV

Sale del agua

la desvelada luna

al atardecer.

XXXV

Dormido gato

conservas el sosiego

que nadie busca.

XXXVI

Cuervo volaste

a finales de marzo

antes de lluvias.

XXXVII

La mariposa

escapó al granizo

duerme ajena.

XXXVIII

¿Ojos de gato,

conservando la quietud,

esperas cazar?

 

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